OPCE Cantabria participó en el tradicional Puchero de Otoño que organiza OPC España
OPC España, la Federación Española de Asociaciones de Empresas Organización Profesional de Congresos, celebró el pasado jueves en Madrid su tradicional Puchero de Otoño. Se trata de una cita anual que reúne a los agentes de la industria MICE de todo el país. OPCE Cantabria estuvo representada en este evento por su presidente, Rafael Gutierrez.
La presidenta de la Federación, Matilde Almandoz, insistió en la importancia de la “presencialidad” en la industria MICE. “De esta situación se sale trabajando y apostando por lo presencial”, señaló Almandoz, que además opinó que las nuevas condiciones “no deben ser disuasorias” para nuestra industria, ya que “somos un sector versátil, capaz de adaptarnos a la realidad que nos toca vivir en cada momento”.
ADECUACIÓN A LAS MEDIDAS DE SEGURIDAD
El Puchero -en esta ocasión un cocido madrileño, puesto que el patrocinador era la Comunidad de Madrid- tuvo lugar en el complejo Los Arcángeles de El Olivar, una empresa familiar con 45 años de trayectoria “con recursos suficientes”, al igual que muchos de los escenarios MICE, para adecuarse y cumplir los requisitos actuales de seguridad dictados desde las autoridades sanitarias.
Se reunieron unas 120 personas y se demostró, una vez más, que si alguien está preparado para cumplir con las normas y recomendaciones de la era COVID, es sin duda el sector profesional de los eventos, que garantiza la planificación, la organización y la trazabilidad de los participantes. Pequeños detalles que resultan obvios pero que sólo se cumplen cuando las reuniones están correctamente planificadas de forma profesional:
- Cada asistente debía confirmar su asistencia previamente y, a la entrada, el personal del evento gestionaba el registro de llegadas e informaba a cada invitado acerca del protocolo, localización de los puntos para desinfección de manos, etc.
- El encuentro comenzó con un aperitivo en una amplia terraza cubierta en la que la disposición de las mesas -cada una con solo tres sillas- marcaba las distancias de seguridad entre los invitados.
- Los aperitivos se sirvieron en bandejas individuales y las bebidas desde una única barra por personal exclusivo para ello.
- En la sala del banquete había la separación reglamentaria entre mesas y sólo había seis comensales por mesa.